Hazte a la idea. Cuando no te busca seguido y puede hacer su
vida cotidiana sin tí, en serio que no le gustas ni un poquito. Quizá sólo para el
sexo, y eso a veces.
Cuando tienen la oportunidad de “platicar” el tema de
conversación es solo sobre él y las cosas que él hace, creeme, no le gustas
tanto. De verdad. Nada, ni tantito. Ni una pizca. Ni para un domingo al
mediodía. O tal vez sí, pero sólo cuando él quiera. Quizá sólo para el sexo, y
eso a veces…
Él y ella se conocen. Él parece estar atraído a ella. Ella
está un poquito loca por él. Cree que podría darse la oportunidad de
enamorarse, otra vez, piensa en cómo se lo podría presentar a su madre y a sus
mejores amigos. Él... no.
Ella sigue el transcurso de la "relación", cuenta detalles
a sus amigos y está al pendiente de lo que él, en este inicio, haga o deje de
hacer. Tal vez ella comience a hacer algún cambio. O... cuidará su vestuario.
Tal vez comience a ver aún más, sí, aún más, sus defectos. Esta llantita ya no
me gusta, malditas espinillas. Y tal vez comience a comprar cremas reductivas,
reafirmantes, anticelulíticas, antiarrugas, antiedad, anti caídas... anti lo
que se le ocurra. Él... acaso sabe lo que es una crema? O algún aditamento de baño adicional al
desodorante, la crema de afeitar y el jabón? Tres básicos para la sobrevivencia
del macho.
Los movimientos de él, en este momento, serán medidos con
lupa. Él... no. Él seguirá saliendo con sus amigos a hacer lo que le gusta, sin
saber siquiera lo que es una lupa, comiendo y bebiendo todo con naturalidad.
Siguiendo sus hábitos normales.
Si ella le interesa de verdad, sólo su par de amigos más
cercanos sabrá algo sobre ella. Algo tan profundo e inspirador como:
"Conocí a una chica. Sí? Cómo se llama? Tal. Y qué tal? Es “linda" Y
ya, fin de la revelación del arcano. No detalles. No muestra de sentimientos.
Ella ha contado tanto sobre él que ahora debe cuidar que sus
amigas no se enamoren del susodicho cuando por fin lo conozcan en persona. A
menos que, claro, sea un patán y todas lo sepan menos la interesada.
Él sólo revelará a sus amigos su emoción en tres palabras
antes de dar un trago a su cerveza: "Sí, la quiero", sólo cuando
realmente aquello vaya en serio y él esté perdidamente enamorado. No antes. Y ahí termina la historia de amor o
comienza en el mejor de los casos.
Cuando esto ocurre en la vida de una pareja. Felicidades.
Hay amor en el medio. Él está interesado. Pero está la otra versión. Cuando él
ni siquiera cuenta a sus amigos, conocidos, familia, ni a su perro ni a su
gato, que tú existes. Es más, existes porque Dios es grande. De ti sólo le
interesa el sexo y eso... a veces.
Ni siquiera cuenta a sus amigos de tu existencia porque,
para qué? Si estás en la lista de desecho? Para qué llamarte si tú le insistes
todo el tiempo? Para qué estar pendiente de ti si sabe que tú estarás para el
sexo cuando él mueva un dedo u alguna otra cosa? De un sexo, que vale decir, a
él no le gusta tanto...
Y entonces parezco escuchar en este momento el
"oh!" al unisono de las mujeres: "Cómo?" …Sí querida, hazte
a la idea. A él puede no gustarle el sexo contigo, y eso normalmente no debería
tener nada de malo. Pero lo tiene en una sociedad en la que hemos aprendido a
callar las emociones, sensaciones y pensamientos en torno al sexo, sobre todo,
el que es sin compromiso. Al menos
para las mujeres, darnos cuenta de eso, es la catástrofe, el fin de los
tiempos.
Claro, los hombres siempre comerán pan donde les ofrezcan. Pero
hay de panes a panes. Y ahí está la diferencia. No se trata de que una mujer se
esfuerce hasta morir haciendo malabares sexuales si él no hace lo mínimo por
complacerte en ese tema. No, nunca hay que llegar a ese límite.
Pero, entonces, por qué nos cuesta tanto trabajo creer a las
mujeres que este cuerpo, esta sonrisa, este cabello, estas artes amatorias
aprendidas durante siglos puedan no gustarle a alguien? Si se tratara de
nosotras, nos llamaríamos cada 15 segundos y al mes nos pediríamos a nosotras
mismas matrimonio.
Por qué a veces las mujeres realmente inteligentes que son
capaces de llevar grandes responsabilidades en sus lugares de trabajo, de
dirigir grandes empresas o tomar decisiones que afectan a miles y distinguir
entre lo correcto e incorrecto, lo bueno o lo malo, la mejor estrategia o la
más fallida, en materia de relaciones amorosas o sexuales, pueden estar en la calle, para llorar, totalmente
perdidas? Atrapadas en el laberinto de los por qués y actuando y respondiendo
como pendejas pubertas?
Bueno, no creo que haya mujer en el mundo que se haya
salvado de padecer esto. Yo misma lo viví algunas veces. Y no creen que sería
más fácil que hombres y mujeres por igual pudieran expresar su verdadero sentir
cuando de sexo se trata? Qué fácil sería decir: "Sólo quiero sexo contigo
y esto o aquello que haces o dejas de hacer no me gusta. Y no me gusta por esto
y esta razón. Hay cosas en las que, lo siento, pero no me gustas tanto".
Que nosotras y ellos podamos decir, delicada y
elegantemente, algo así como: "Me gustas, pero sólo cada 15 días"
"Ojalá te esforzaras un poquito más en esta tarea amatoria"
"Querido, sí te estás dando cuenta de que esto no es sexy ni erótico ni
siquiera un poquito alentador para ser humano sobre la tierra", sería
maravilloso!
Hay cosas que deben enseñarle a una desde pequeña, en la
pubertad o, ya por lo menos, en la juventud. Bueno, si una tuviera esas
enseñanzas bien aprendidas a los 40, sería un maravilloso regalo de la vida.
Entre esas está ser honesta y aún más cuando de sexo se
trata. Por qué no decir: "Sí me gustas mucho en el sexo" o
"Cariño, esta noche, en el sexo no me gustas tanto". Y ya, fin de la
discusión. Se deja de dar vueltas al asunto o falsas suposiciones de un "amor" que a veces sólo puede ser sexo.